La tarjeta de la discordia


La policía descubrió que Mohamed Belhadj alquiló el piso de Leganés donde el 3 de Abril de 2004 encontraron a los autores de la masacre del 11 de Marzo en los trenes de cercanías en Madrid.
Descubrieron que se puso en contacto con la persona que le alquiló el piso, usando el número de teléfono móvil 645658495 (una tarjeta de pago previo de la compañía Amena-Auna).

Mohamed Belhadj huyó y la policía cursó una orden internacional de busca y captura a través de Interpol. Posteriormente la policía informó al juez instructor que Mohamed Belhadj había muerto en un atentado en Irak.

En Mayo de 2009, llegó la noticia a España de que Mohamed Belhadj había sido entregado a Marruecos por Siria, país donde había permanecido por espacio de 2 años.

No consta que Siria, miembro de Interpol, comunicase a España la presencia en su territorio de Mohamed Belhadj.


La policía supo que Mohamed Belhadj era quien utilizaba el número 645658495 gracias a la memoria prodigiosa del comisario de policía RG. Este comisario recordó que existía un número similar (645658507) que ya había aparecido durante una operación policial denominada “Dátil”, en la que intervino el citado comisario entre los años 2001 y 2002. Este último número fue adjudicado por la policía, en aquél entonces, a Said Berraj.
Cuando el comisario RG comprobó el tráfico del número 645658495, descubrió que la última de las llamadas se había realizado para alquilar el piso de Leganés, y que la persona que lo hizo fue identificada por el gestor del alquiler como Mohamed Belhadj.

Sin embargo, 9 días después de los crímenes y 13 días antes de que el comisario hiciera su espectacular descubrimiento, un sirio llamado Abdul Khaled Al Jondi, se personó, -según su propia declaración, de forma espontánea y voluntaria- en las oficinas de los policías que investigaban la matanza, por que según aseguró textualmente: “sabe que las tarjetas de teléfonos han tenido un papel importante en los atentados, y quiere prestar toda la ayuda posible”.
Y no sólo disponía el sirio de tan exclusivos conocimientos, sino que hizo otras 3 llamativas afirmaciones:
Dijo que, precisamente, él se dedicaba a la venta de tarjetas telefónicas de Amena.
Dijo que él había vendido la tarjeta 645658495 y otras 47 más (todas de Amena).
Y dijo que uno de sus “clientes” era un tal Sarhane Ben Abdelmahid Faketh.

La información aportada por la policía sobre la vida laboral de Al Jondi, indica que estaba dado de alta en una empresa de construcción, pero no existen referencias que permitan comprobar que se dedicaba a la venta de tarjetas telefónicas.


Al Jondi manifestó haber vendido la tarjeta 645658495, y contó una historia de porqué dicha tarjeta aparecía en Amena a nombre de su propia mujer. Y aunque la historia de los motivos no es sostenible, lo cierto es que la compañía acreditó que la tarjeta estaba vinculada a la mujer de Al Jondi, y no a Mohamed Belhadj.
 


Además, en fecha 30.03.04 y 23.04.04 otro comisario de policía (JMG) envió sendos oficios al juez instructor asegurando, sin argumento alguno, que la tarjeta 645658495 había sido vendida por Jamal Zougam, el marroquí detenido el 13.03.04 acusado de haber vendido, en su locutorio de Lavapiés, unas tarjetas que fueron utilizadas en terminales móviles para supuestamente temporizar las bombas.









El 20 de Marzo, cuando Abdul Khaled Al Jondi declaró ante la policía, ni el nombre de Sarhane Ben Abdelmahid Faketh, ni su alias de “El Tunecino” había sido dado a conocer públicamente.

Cinco días antes de que Khaled Al Jondi acudiese a la policía, un empleado de Jamal Zougam, llamado Abderrahim Zbakh, fue interrogado por la policía. La policía se interesaba por personas que hubieran acudido en el último mes al locutorio para comprar grupos de tarjetas de Amena.


Abderrahim Zbakh contó a la policía que, efectivamente, desde hacía dos meses, solía acudir a la tienda un hombre del que hizo una precisa descripción. Aunque era habitual que al interrogar a testigos, la policía mostrase álbumes de fotografías de sospechosos, y pese a la detallada descripción, a Abderrahim Zbakh no le mostraron álbum alguno.  La descripción coincidía perfectamente con la de Abdul Khaled Al Jondi.

Los informes de la policía indican que Abdul Khaled Al Jondi alias Abdu Mahmoud, alias Abu Mahmud Al Jundi, alias Abu Mahmud Al Homsi, nacido en Homs, Siria, era conocido de la policía , al menos desde el año 2001, por las investigaciones que tuvieron su final en la denominada “operación Dátil” (sumario 35/2001) del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional, entonces bajo la dirección del magistrado Baltasar Garzón.

Según el sumario, Al Jondi tenía un permiso de conducir español, procedente de canje con otro expedido en Iraq con el número 0070.322763. El Renault 21 M-5882-IJ que en aquella época utilizaba Imad Eddin Barakat Yarkas (alias Abu Dadah), -uno de los principales imputados en aquella operación- en 2008 aparecía a nombre de Al Jondi. Durante la operación Dátil, la UCIE mencionaba a Al Jondi como perteneciente a los “Hermanos Musulmanes” y lo vinculaba con presuntos elementos de Al-Qaeda, asegurando su inmersión en un complejo entramado empresarial tejido por miembros de la Hermandad Musulmana en España, la financiación de grupos terroristas y campos de entrenamiento vinculados a Al-Qaeda a través de algunas de estas empresas, así como facilitar dólares para Abu Dadah. Sin embargo, nunca fue procesado.

Pero el comisario RG no podía recordar, tal como aseguró, que el teléfono 645658507 era conocido desde la “operación Dátil” , porque tal y como acreditó la compañía Amena, ésa tarjeta y otras de la serie 645658xxx fueron activadas en Mayo de 2003, es decir, con posterioridad a la operación "Dátil".

La policía decía buscar a Mohamed Belhadj, pero a juzgar por los tráficos del teléfono que la policía atribuía a Mohamed Baelhadj, los investigadores no tuvieron dificultad para hablar con ése número el 22 y 23 de Abril. En la imagen puede apreciarse las llamadas realizadas a ése número desde extensiones situadas en las oficinas policiales de Canillas, generadas con el prefijo 630300080, que era el utilizado por la policía para el acceso a la red móvil.

Tráfico obtenido
Y lo curioso es que  cuando el comisario JGM quiso conocer los titulares de los teléfonos que contactaron con el 645658495, olvidó incluir en su petición el teléfono correspondiente a las oficinas de Canillas.

Petición de titulares del tráfico anterior










Aunque la obsesión del comisario JMG llegó a determinar que sus propios compañeros eran miembros de una organización terrorista.

Y... ¿quién dijo realmente la verdad sobre la tarjeta 645658495?
¿Al Jondi?
¿Quizá el comisario JMG?
¿El Director de Seguridad de Amena?
¿Ninguno de ellos?

El mismo 2 de Abril, la policía solicitó a la jueza del juzgado nº 3 de la Audiencia Nacional, mandamiento judicial para la observación y escucha de las comunicaciones del número 645658495.
La semana del 29 de Marzo al 4 de Abril, con motivo de las vacaciones de Semana Santa,  el citado juzgado nº 3 asumió las funciones de juzgado de guardia, haciéndose cargo durante ése periodo y en consecuencia, de las diligencias relativas al sumario 20/2004 cuya instrucción llevaba a cabo el juzgado nº 6.

La titular del juzgado nº 3 autorizó la intervención del número 645658495, desde ése mismo día 2  de Abril, hasta el 2 de Mayo,  ordenando a los solicitantes que se siguiese un protocolo de control judicial, por el cual debía facilitarse informe cada 15 días del curso de la observación.


Según consta, el teléfono permaneció intervenido, al menos, entre el 08.04.04 y el 19.04.04, y como se puede ver, la policía sigue considerando a Mohamed Belhadj como usuario de esa tarjeta.






Las transcripciones citadas aparecen en el sumario, y en ellas se comprueba que las personas que intervienen son en su mayoría gallegos residentes en Galicia, y que tratan asuntos de índole personal, existiendo datos suficientes como para que la policía pueda identificar a todos y cada uno de los interlocutores.

Parece que en torno a la tarjeta de la discordia existieron varios inconvenientes, porque el 23 de Abril, al cumplirse los 15 días del protocolo judicial para informar de la observación iniciada el día 8, la policía sólo tiene datos hasta el día 19. La apariencia es que, por alguna razón, ni siquiera se cumplieron los primeros 15 días de escucha. Y sin embargo, existe otra orden judicial (en éste caso del juzgado nº 6) ordenando no una prórroga, sino una nueva observación del número 645658495. Y lo curioso es que el Auto  (folio 12182) lleva fecha del 23 de Abril y hace referencia a un escrito del 5 de Mayo (o sea, del futuro). Acto seguido aparece (folio 12186) una corrección a la fecha del Auto, estableciendo ésta definitivamente correcta como 12 de Mayo y que la observación telefónica es válida hasta el 6 de Junio. ¿Por qué pedir una nueva observación de un teléfono que no está siendo utilizado por quien se supone?



En el informe que remitió al juzgado el Director de Seguridad de Amena a finales de 2005,  se informaba que la última llamada del 645658495 tuvo lugar el 13 de Marzo de 2004, y sin embargo con las observaciones telefónicas puede comprobarse que tal cosa no es cierta. ¿Quizá la tarjeta fue portada a otro operador telefónico?. Parece que no, porque la orden judicial para intervenir el teléfono está dirigida a Amena, y la intervención se produce, y son registradas conversaciones posteriores al 13 de Marzo de 2004.

¿Por qué hay tanta confusión no resuelta en torno a una tarjeta tan decisiva?

¿Por qué es adjudicada a un fugitivo y el país miembro de Interpol en el que -al parecer-  permaneció durante 2 años, no lo comunicó a Interpol Madrid?













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