lunes, 18 de marzo de 2013

Termitas y otros isópteros tecnológicos

El hecho de que el tribunal especial, al que el Reino de España encomendó enjuiciar en 2007 el ataque contra más de 2000 españoles, decidiese no levantar la preceptiva acta de las actuaciones durante el juicio, deja a los isópteros tecnológicos la disponibilidad (o no) en un futuro de los soportes DVD en que fueron grabadas (supuestamente) las sesiones del juicio.
La vida media de esos soportes oscila, dependiendo de fabricante, y condiciones de temperatura y humedad, en un rango en torno a 20 o 30 años mínimo.

La duda es que los sistemas lectores que utilicen la tecnología actual, estén disponibles dentro de 20 o 30 años; es decir: pueden existir soportes en condiciones útiles pero no existir medios para la reproducción.

En el caso del díscolo alcalde de Marinaleda, las termitas fueron los isópteros encargados de hacer desaparecer cuanto pudiese obrar judicialmente en su contra.
En el caso del 11-M, sin duda, los isópteros tecnológicos se encargarán de que dentro de 20 o 30 años no pueda ser revisado el juicio por falta de sistemas para reproducirlos. Porque ya se encargará alguien de decir que las transcripciones que hicieron los mejores elementos del colectivo Peones Negros, carecen de valor legal.

Llegado ése momento se salvará un escollo altamente comprometido. Porque el problema que tiene un asunto cerrado en falsete como el juicio del 11-M, es que de aceptarse oficialmente en un futuro no lejano la falsedad de lo contado, el conjunto de instituciones del Estado quedaría en una posición entre ridícula, vergonzante y delictiva por encubrimiento. 

Sabemos que no va a ocurrir. Pero de ocurrir... lo de los isópteros digitales puede ser una magnífica excusa.